Nos inspiramos en el color y alegría de nuestro pueblo, es el lema que arropamos desde el inicio de nuestro proyecto y es que sin duda ha sido un acto de inspiración y amor cotidiano el que tenemos hacia nuestra labor: crear huipiles desde el mixe bajo de Oaxaca.
Hilo de Nube es un equipo de trabajo que desde hace 10 años tiene su corazón en San Juan Guichicovi, aquí está nuestra semilla que brota y espera paciente para convertirse en una cosecha de flores, maíz, quelites, estrellas y todo lo que nuestra creatividad nos permite.
La inspiración cotidiana de ver a las mujeres de nuestro pueblo con sus huipiles, faldas y enredos, así como la nostalgia de admirar a nuestras abuelas usando piezas que son tesoros textiles, es el motor que nos lleva a seguir creando y creyendo que lo que hacemos es un arte en constante movimiento. Las montañas, árboles y flores que nos rodean, cobijan también esa alma creativa que nos caracteriza.
Los y las maestras artesanas de San Juan Guichicovi, Río Pachiñé, Ocotal, Ocotalito, Encinal, Lomería, Pueblo Nuevo son los que dan vida a los lienzos, es en sus manos, su conocimiento y habilidad donde se construye una fiesta de color en cada huipil que bordan.
Así año con año hemos construido un espacio para soñar, crear y hacer realidad lo que inicia con un trazo y termina siendo un universo, de cadenilla, de historias, de recuerdos. Un huipil que usamos cotidianamente es un puente para llegar a más personas en otros contextos y queremos que nuestros lienzos sigan cobijando a cualquier persona que sienta cariño, admiración y respeto por la sabiduría que hay detrás.
Son nuestros primeros diez años y hay una fiesta en nuestros corazones y un mar de agradecimiento a cada persona que es parte de Hilo de Nube: artesanas, artesanos, costureras, creativas, colaboradoras, clientas... ¡Gracias, sigamos hilando nubes juntas!
Yoa
